INGREDIENTES:
- 150 g de mantequilla a temperatura ambiente
- 100 g de azúcar moreno
- 1 huevo
- 150 g de miel de caña. Yo la compré en Mercadona pero creo que también la venden en herbolarios.
- 1/2 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de canela
- 1 cucharadita de jengibre en polvo
- 1/4 cucharadita de clavo molido
- una pizca de sal
- 425 g de harina
PREPARACIÓN
- Con un batidor de varillas, batimos la mantequilla con el azúcar hasta obtener una consistencia cremosa.
- Incorporamos el huevo y mezclar. Agregamos la miel.
- En un recipiente a parte, mezclamos el resto de ingredientes. Añadimos a la mezcla anterior y removemos bien hasta obtener una masa homogénea. Si vez que nos queda muy pastosa podemos añadir un poco más de harina.
- Dividimos la masa en dos partes. Estiramos cada mitad entre dos papeles de horno con ayuda de un rodillo hasta que tenga un grosor aproximado de 5 milímetros.
- Dejamos la masa estirada en la nevera durante al menos 3 horas. Es muy importante que no nos saltemos este paso porque si no, no podremos cortar bien las galletas.
- Una vez que la masa esté bien fría, cortar las galletas con el cortador deseado. Si os sobran recortes de masa podemos juntarlos y estirarlos de nuevo, pero les recomiendo que volvamos a dejar la masa estirada en la nevera durante otros 10 minutos antes de volver a cortar las galletas .
- Horneamos a 180ºC durante 13-15 minutos.
- Sacar del horno e ir colocando las galletas en una rejilla con ayuda de una espátula. Al sacarlas del horno estarán aún blanditas así que tened cuidado de que no se les rompan. Dejar enfriar.
Una vez frías se pueden decorar como más os guste. Yo utilicé glasa real pero también podemos decorarlas con chocolate.