200 g. de chocolate negro 70% mínimo (la marca que más os guste)
100 g. de mantequilla
4 huevos grandes
100 g de azúcar normal o glass
Una pizca de bicarbonato sódico
1 cucharada de esencia de vainilla
100 g de harina de trigo
Para el glaseado de mascarpone y naranja:
100 g. de queso mascarpone y 200 gr. de queso crema (el que más os guste)
100 g. de azúcar glass o en polvo
Decoración: pequeños bombones o trocitos chocolate (de la marca que más os guste)
PREPARACIÓN
Comenzamos preparando todas las verduras que componen el relleno para que, una vez listas, el proceso de cocción sea más rápido.
Pelamos los dientes de ajo y los picamos finamente (también los podemos rallar, quedan muy bien). Pelamos y picamos finamente la cebolla. Pelamos y troceamos las zanahorias en dados. Lavamos las ramas de apio y las cortamos en pequeños trozos. Lavamos las setas, secamos a conciencia y troceamos groseramente.
Calentamos un poco de aceite de oliva Huerto Alamein en una cazuela o sartén amplia y añadimos el ajo. Antes de que se dore incorporamos la cebolla y pochamos durante cinco minutos a fuego medio. A continuación añadimos la zanahoria y el apio picados y rehogamos durante cinco minutos más.
Cuando las verduras estén tiernas añadimos las setas y continuamos rehogando hasta que no queden restos de líquido. Es el momento de regar con el vino, subir el fuego y dejar que se evapore el alcohol.
Añadimos la harina y removemos bien durante un par de minutos para que se integre y se tueste ligeramente. Por último añadimos el caldo de verduras, removemos y dejamos cocer el conjunto durante unos 10 minutos o hasta que la mezcla se vea cremosa, pero sin restos de líquido.
Probamos el relleno y salpimentamos al gusto. Dejamos enfriar completamente antes de montar la tarta.
Cuando el relleno esté frío tomamos una de las láminas de masa quebrada y forramos con ella la base y laterales de un molde de quiche de unos 20-22 cm. Cortamos y retiramos el sobrante.
Rellenamos el molde y lo guardamos en la nevera mientras preparamos la cobertura con la otra lámina de masa quebrada.
Dibujamos el motivo que más nos guste sobre una hoja de papel y la colocamos encima de la lámina de masa quebrada. Con ayuda de un lápiz repasamos el dibujo, presionando suavemente para no traspasar el papel, pero lo suficientemente fuerte como para que se marque en la lámina de masa quebrada.
Con un bisturí, cutter o la punta de un cuchillo bien afilado cortamos el dibujo. Retiramos el molde de la nevera y cubrimos con la lámina de masa con el dibujo. Presionamos los laterales para unir las dos masas (la de base y la de cobertura) y cortamos para retirar el sobrante.
Batimos el huevo y pincelamos la superficie con suavidad, asegurándonos de que queda bien cubierta para que se dore por igual por todos lados. Introducimos el molde en el horno, precalentado a 200º C con calor arriba y abajo, y cocemos durante 25-30 minutos o hasta que la superficie de la tarta esté dorada.
Retiramos la tarta del horno y dejamos que se atempere antes de servir. También se puede tomar fría.